ANÁLISIS SEMÁNTICO DE CARTA A UNA SEÑORITA EN PARÍS





ANÁLISIS SEMÁNTICO DE CARTA A UNA SEÑORITA EN PARÍS

Por: Dayanira Sofía López Córdova

  
Carta a una señorita en París se encuentra en el libro Bestiario, publicado en 1951. Este  es el primer libro de cuentos de Julio Cortázar (1914-1984). En este se aplica la tendencia de lo fantástico (lo no cotidiano)  de forma original. Este rasgo se muestra en el tema como en los sucesos narrados y la forma del discurso. (Lucifora, 2007)  Cortázar escribió este cuento en un momento difícil de su vida cuando se mudó a vivir a un departamento. De este modo extrapola sus ideas en este escrito. Gologoff señala que este cuento surge  de una obsesión de la que estaba  convencido el autor, de tener pelos en la garganta (citado por Mariela, P.  2012)

El estilo de lo fantástico queda justificado en la vida del autor, quien manifiesta: “Fui enfermizo y tímido, con una vocación para lo mágico y lo excepcional (…) Pasé mi infancia en una bruma de duendes, elfos, con un sentido del espacio y del tiempo distinto al de los demás” (p. 23), “Yo parezco haber nacido para no aceptar las cosas tal como me son dadas” (p. 26). El escritor busca estirar los límites de lo real; para él la realidad abarca inclusive lo fantástico, llegando a agregar al realismo los calificativos de “falso” e “ingenuo”. (citado por Mariela, P.  2012)

En CSP, el autor crea un narrador, quien escribe una carta a su amiga Andrée. Él se ha mudado al departamento de ella  (ubicado en la calle Suipacha) con el fin de cuidar aquel lugar hasta su regreso a Buenos Aires. Sin embargo, el narrador personaje quiere  desertar en esta misión pues no se acostumbra al lugar, al cual menciona como un espacio  de “orden cerrado”. Además, el narrador explica a su amiga en esta carta, uno de sus secretos, la cual también es la  razón de querer partir aunque él la manifiesta que no es la definitiva, y es que el vomita conejitos.

En este escrito se analizará algunos aspectos semánticos: denotación y metáfora  de  CSP con el fin de la comprender la obra y brindar un juicio crítico respecto a ella. En primer lugar diremos que el estilo fantástico se verá justificado en una de los tipos de anulaciones discursivas propuestas por Coseriu, la  anulación extravagante pues se produce «la afirmación intencional de lo absurdo e incongruente» (Coseriu 1988, 145). Es así que el texto exige una tolerancia interpretativa sobre los hechos.

En segundo lugar analizaremos en este avance los designatum de dos entes reales: el conejito y el departamento. El designatum del conejito, en propias palabras del narrador personaje, es el siguiente:  “...es un conejito normal y perfecto, sólo que muy pequeño, pequeño como un conejito de chocolate pero blanco y enteramente un conejito.” (p. 2)   Ahora bien, en el Dictionnaire des symboles de Jean Chevalier y Alain Gheerbrant, los conejos simbolizan en primer lugar la fertilidad, la regeneración y la renovación perpetua de la vida. (Michielsen, T. 2007, p.8)  Podemos inferir que el narrador personaje al arrojar conejitos, de un modo los engendra, y esto ocurrirá con mayor frecuencia en su estadía en el departamento de Andrée. Estos conejitos representan los deseos del narrador, de libertad. Por otro lado, el designatum de orden cerrado es “...un ámbito donde alguien que vive bellamente lo ha dispuesto todo como una reiteración visible de su alma, aquí los libros ( de un lado en español, del otro en francés e inglés ), allí los almohadones verdes; en este preciso sitio de la mesita el cenicero de cristal que parece el corte de una pompa de jabón, y siempre un perfume, un sonido, un crecer de plantas, una fotografía del amigo muerto, ritual de bandejas con té y tenacillas de azúcar…” Aquello se refiere al orden de Andrée quien se deduce es detallista, tradicional, hogareña, pues ha dispuesto su vivienda de ese modo.

A continuación analizaremos algunas metáforas en el cuento, no sin antes definir qué son. Cuenca y M. Hilferty (2007) afirman que “ la base de la metáfora radi­ca  en  nuestro  sistema  conceptual:  constituye  un  mecanismo  para comprender y  expresar situaciones  complejas  sirviéndose  de  con­ceptos  más  básicos  y  conocidos” (p.98) Tenemos entonces que es medio para manifestar algo, una comparación. Le Guern (1978) en el capítulo de motivaciones de la metáfora concluye que esta se centra en la función conativa, de mover a la persona para realizar una acción en específico que incluso puede ser aceptar un pensamiento. Como una de las motivaciones también se considera el aspecto estético pues las metáforas originales realzan el lenguaje.

Teniendo ya el concepto, partiremos de la idea de Lakoff y Johnson  (1980), quienes señalan
un método para analizar las metáforas conceptuales  y este es reconociendo los dominios. El dominio  origen  es el dominio  que  presta  sus  conceptos y el  dominio  destino  es el que los recibe, o sea,  sobre  el  que  se  superponen  dichos conceptos.  (citado por Cuenca y M. Hilferty, 2007, p. 101) En CSP, el narrador personaje utiliza metáforas para explicar en primera instancia el departamento de su amiga Andrée. Analizamos el primer párrafo del cuento:

Andrée, yo no quería venirme a vivir a su departamento de la calle Suipacha. No tanto por los conejitos, más bien porque me duele ingresar en un orden cerrado, construido ya hasta en las más finas mallas del aire, esas que en su casa preservan la música de la lavanda, el aletear de un cisne con polvos, el juego del violín y la viola en el cuarteto de Rará. (Cortázar, 1993, p.1)

En este fragmento existe la metáfora de departamento la cual corresponde a orden cerrado. Estos dominios tienen en común la privacidad. Ademá se compara a la persona o dueña de un hogar como una arquitecta que construye, (acomoda) su espacio acorde a sus características. Luego, el narrador muestra su pesar de cambiar ese orden en una metáfora que dice así “Mover esa tacita vale por un horrible rojo inesperado en medio de una modulación de Ozenfant” (Cortázar, 1993, p.1). Para entender esta metáfora se debe conocer que el personaje al que se refiere, Amédée Ozenfant fue un pintor francés de tendencia purista por lo que en sus cuadros se valora la simplicidad. Ahora bien, si se coloca a una de sus pinturas un rojo, aquello destroza la obra.

Cabe resaltar el siguiente fragmento en donde se vislumbra la presencia de símiles con preponderancia pero también una metáfora fundamental en la que gira la idea del cuento, aquella trata sobre los cambios. Así vemos en el fragmento siguiente que  vida corresponde a un viaje; las maletas corresponden a las cargas, situaciones del pasado. El narrador personaje manifiesta haber cerrado maletas en su vida, es decir, situaciones, pese a ello no se ha ido a ningún lugar. Luego añade que ha invertido mucho tiempo hacer equipaje. Aquello corresponde a hacer maletas, hacer cambios que no se llegan a concretar.

Me mudé el jueves pasado, a las cinco de la tarde, entre niebla y hastío. He cerrado tantas maletas en mi vida, me he pasado tantas horas haciendo equipajes que no llevaban a ninguna parte, que el jueves fue un día lleno de sombras y correas, porque cuando yo veo las correas de las valijas es como si viera sombras, elementos de un látigo que me azota indirectamente, de la manera más sutil y más horrible. (Cortázar, 1993, p.2)

Por otro lado, entre el narrador personaje existe una conexión con el conejito que este engendra. Aquí hay una correspondencia entre madre e hijo; específicamente en el periodo del alumbramiento, en donde al hijo se le coloca en el pecho de la madre para reconozca a su progenitora. En este caso, el conejito se pega pero en la mano del narrador personaje.

Me lo pongo en la palma de la mano, le alzo la pelusa con una caricia de los dedos, el conejito parece satisfecho de haber nacido y bulle y pega el hocico contra mi piel, moviéndolo con esa trituración silenciosa y cosquilleante del hocico de un conejo contra la piel de una mano.

En este avance, se observa cómo el narrador personaje describe el departamento de su amiga Andrée que no corresponde  a su orden y que aquello le incomoda. Además le confiesa que arroja conejitos y estos representan los deseos de libertad del autor. Para transmitir aquello, el autor emplea una serie de elementos semánticos que fortalecen la expresión artística del texto.


REFERENCIAS

Cortázar, J. (1993). Carta a una señorita en París. Cuentos completos, 1.
Lucifora, M. C. (2007). La presencia de lo fantástico en Bestiario, de Julio Cortázar. Espéculo. Revista de estudios literarios.
Mariela, P. A. (2012). Julio Cortázar, La biografía [reseña bibliográfica]
Michielsen, T. (2007)  Análisis del cuento “Carta a una señorita en París” de Julio Cortázar.
Cuenca, J. M y Hilferty, J. (2007) Introducción a la lingüística cognitiva. Barcelona: Ariel.

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