ANÁLISIS LITERARIO DEL POEMA AJEDREZ DE JORGE LUIS BORGES



ANÁLISIS LITERARIO DEL POEMA AJEDREZ DE JORGE LUIS BORGES

POR: Dayanira Sofía López Córdova
Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo
Chiclayo, Perú

Borges nació en agosto de 1899 en Buenos Aires. Estudió en Ginebra pero en 1918 se va España. En este lugar empieza su actividad literaria. Partidario del ultraísmo fundó dos revistas: Prisma y Proa. Fue influenciado por la metafísica de Macedonio Fernández y por Leopoldo Lugones a quien le va dedicar su obra El hacedor publicada en 1960.  Esto a raíz de un sueño que él manifiesta haber tenido en donde se encuentra con este autor. (Castro, 2004, p. 229-252)[1]

Estas reflexiones me dejan en la puerta de su despacho. Entro; cambiamos unas cuantas convencionales y cordiales palabras y le doy este libro. Si no me engaño, usted no me malquería, Lugones, y le hubiera gustado que le gustara algún trabajo mío. Ello no ocurrió nunca, pero esta vez usted vuelve las páginas y lee con aprobación algún verso, acaso porque en él ha reconocido su propia voz, acaso porque la práctica deficiente le importa menos que la sana teoría. (Borges, 2013, p. 4)

Sobre Borges diremos que es un tanto escéptico. Él afirma que nuestras experiencias son a la vez íntimas (en cuanto sucede a un individuo) y generales (en cuanto que todos alguna vez han pasado por esa experiencia). Entonces, Borges considera que todos pasamos por un destino similar.  Cuando era anciano y se quedó ciego, escribe El Hacedor. Esta producción es un conjunto de poesías, relatos y ensayos realizados en diferentes momentos de su vida. Sin embargo, en mucho de los escritos, la ceguera va a cobrar centralidad. Aquello se debe a su propia experiencia. Asimismo, es en El Hacedor  cuando Borges muestra aquellas preocupaciones que lo han acompañado a lo largo de su vida y lo manifiesta así en el epílogo de la obra. (Castro, 2004, p. 229-252)






Quiera Dios que la monotonía esencial de esta miscelánea (que el tiempo ha compilado, no yo, y que admite piezas pretéritas que no me he atrevido a enmendar, porque las escribí con otro concepto de la literatura) sea menos evidente que la diversidad geográfica o histórica de los temas. De cuantos libros he entregado a la imprenta, ninguno, creo, es tan personal como esta colecticia y desordenada silva de varia lección, precisamente porque abunda en reflejos y en interpolaciones. (Borges, 2013, p. 43)

En el presente texto se analizará el poema Ajedrez extraída de la obra El hacedor. Mi objetivo es comprobar que es un poema metafísico sobre el destino y el predestinador del hombre. En primera instancia, mencionaremos las características fonológicas y sintácticas  del poema para luego pasar a las semánticas. El poema a analizar es el siguiente:
I
En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas[1] . El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.

Adentro irradian mágicos rigores[2] 
las formas: torre homérica, ligero
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.

Cuando los jugadores se hayan ido,
ciertamente no habrá cesado el rito.

cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.
II
reina, torre directa y peón ladino[5] 
buscan y libran [7] su batalla armada.

del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedrío y su jornada.[8] 

(la sentencia es de Omar[10] ) de otro tablero
de negras noches y blancos días.[11] 

¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza[12] 


El poema consta de dos sonetos, el verso empleado es endecasílabo. Versos que con terminación llana poseen once sílabas. La organización rítmica puede ser variada. (Baerh, 1973, p.135-136) Por eso, los han clasificado, algunos son el enfático (con acentos en primera y sexta sílabas), el heroico (con acentos en segunda y sexta sílabas), el melódico (con acentos en tercera y sexta sílabas) y el sáfico (con acentos en la cuarta sílaba y en la sexta u octava.  El poeta utiliza una gran variedad de versos endecasílabos. En el primer soneto,  los versos impares (1 y 3) son endecasílabos melódicos; en cambio, los pares (2 y 4) son enfáticos. (Fernández, 2003, p.131)

En la mayoría de los versos cada sílaba de las que se componen las palabras forman en sí mismas una sílaba rítmica. Sírvase de muestra la primera estrofa, los dos primeros versos tienen 10 sílabas rítmicas conforme a las sílabas de las palabras. En los dos últimos versos se aplica sinalefa para que encajen con 10 sílabas rítmicas. Bien se sabe que la sinalefa es la reunión en una sílaba rítmica de dos  o más vocales pertenecientes a palabras distintas. (p.47) Esta licencia métrica es válida para el conteo de sílabas rítmicas pues como afirma Baerh (1973):”En oposición a la sílaba fonética, la sílaba rítmica no está sujeta al límite de la entidad morfológica de la palabra”. (p,38) Diremos también que se emplea encabalgamiento en las ocho estrofas  para  lograr un efecto rítmico y evitar la monotonía. (Baerh, 1973, p. 32)

El poema presenta rima consonante o perfecta es la coincidencia de la terminación de al menos dos palabras que se establece a partir de la vocal tónica, desde la cual son iguales  las consonantes y vocales que siguen. (Baerh, 1973, p. 63) Tenemos en el primera estrofa del poema jugadores: colores; severo: tablero.  El soneto posee la siguiente rima  ABBA ABBA CCD EED. Como figuras retóricas es evidenciable la enumeración con jerarquización en la segunda estrofa del primer soneto y la primera estrofa del segundo.

En el primer caso, se menciona la siguiente sucesión de piezas de ajedrez: torre homérica-ligero caballo-armada reina-rey postrero-oblicuo alfil-peones agresores; en el segundo, tenue rey,sesgo alfil-encarnizada reina-torre directa-peón ladino. Si consideramos que cada serie significa una jerarquía de elementos, entonces se puede argüir que Homero, como dato cultural, ocupa un lugar privilegiado. Por el contrario, el peón se sitúa en el nivel más inferior.(Fernández, 2003, p. 131)

A continuación, si analizamos semánticamente el poema, tenemos que tener en cuenta que algunas palabras guardan relación en el significado de otras y que estas coinciden en la sonoridad.  Así la afirma Fernández (2003)

La lingüística moderna ha demostrado que la equivalencia sonora expresa una relación semántica entre las palabras. En "Ajedrez" ello se puede verificar con claridad meridiana. Por ejemplo, cada jugador defiende las blancas o las negras, razón por la cual se justifica plenamente la rima entre "jugadores" y "colores". ( p. 132)

Ahora bien, en la primera estrofa del primer soneto, se habla acerca del inicio del juego del ajedrez. Se dice que los jugadores manipulan las piezas que tienen movimientos específicos. También se muestra desde ya la batalla manifestado en el odio de los dos colores del tablero: blanco y negro. En la segunda estrofa, podemos ver una una jerarquía entre las piezas del juego mencionada anteriormente. Asimismo, se utilizan adjetivos para describir las piezas del ajedrez. Tenemos que la ‘torre homérica’ ocupa un lugar privilegiado. Luego la ‘amada reina’ denominada así quizá porque esta pieza es la única que se puede mover a todos lados, es decir, la que goza de libertad absoluta. En tercer orden, se encuentra el rey postrero. Invoca al sucesor.  Inmediatamente después viene el ‘oblicuo alfil’. Está característica señala el el movimiento de esta ficha. Por último, los peones agresores.

En la tercera estrofa, se afirma que aun cuando se acabe el juego manipulado este seguirá dándose en la vida real. Entonces, aquí se presencia una simbología en donde el ajedrez es la vida misma. Las fichas son las personas que nos acompañan durante nuestro transcurrir en la tierra. Aquí siempre existirán dos bandos que poseerán las mismas piezas (mismos roles) pero con diferente color; todas ellas peleando una misma batalla. Las piezas de nuestro bando nos ayudarán a obtener la victoria o alcanzar nuestro propósito. De otro modo, el bando contrario, representa nuestros enemigos, aquellos distractores y amenazas para nosotros.

En la cuarta estrofa, se realiza historicidad. Se dice “En el Oriente se encendió esta guerra”. Pues bien, esto hace referencia a que  el juego del ajedrez tiene sus orígenes en el Oriente, específicamente en la India. Si bien, antes se lanzaba un dado y el ganador podía mover la ficha, la cultura helénica quitó este rasgo del azar y así la disciplina se volvió más de cálculo y criterio. En efecto, este rasgo hace que se pueda comparar el ajedrez con la vida, debido a que las personas usualmente andan con cuidado y planifican su ruta a seguir.  Remarca la voz poética “este juego es infinito”. De esta forma, realiza una reflexión y contraste con los seres humanos, quienes somos finitos, por tanto fenecemos pero el juego no. (Casas, 2006, p. 144-147)

El rito del juego de ajedrez es infinito. El tiempo consumirá a los jugadores, pero el ajedrez continuará impasible. Dios decide la suerte del jugador y, a la vez, otro dios parece comenzar un extraño encadenamiento de sucesos. (Fernández, 2003, p. 133)

En el segundo soneto en la primera estrofa nuevamente vemos una jerarquía de elementos con características propias. Estas no discrepan con las dadas en el primera estrofa del primer soneto sino que agregan nuevos significados para lograr tener una noción clara de la pieza. Tenemos entonces: ‘Tenue rey’, literalmente pensamos a un debilitado rey. Luego, ‘sesgo alfil’, este adjetivo sigue marcando el movimiento del elemento, el cual es oblicuo. Enseguida, ‘encarnizada reina’ como irritada o dispuesta a todo. Por último, ‘peon ladino’ se refiere a astuto. Esto al igual que en la primera referencia del mismo término connota un significado negativo. Simultáneamente, en la misma estrofa, se agrega  “sobre lo negro y blanco del camino /buscan y libran su batalla armada”.  Si bien, hace referencia al tablero puede ser que también sea una metáfora sobre los problemas y las oportunidades de la vida.

En la segunda estrofa del segundo soneto se ve claramente como la voz poética afirma que la piezas son manejadas al antojo del jugador, el ser humano. En la tercera estrofa, aquello trasciende al entrever que los seres humanos también son manipulados por un ser superior. “También el jugador es prisionero/ (la sentencia es de Omar) de otro tablero”.  Ahora bien, ese otro tablero es la vida misma y la sentencia de Omar se refiere a la tesis de Omar Kayaham, un poeta y humanista que vivió que vivió entre el 1048 y el 1122. Este autor manifestó en uno de sus poemas llamado Rubayat “Y después de todo, qué es la vida sino un inmenso tablero de ajedrez, sobre el cual el Destino mueve a los hombres como si fueran piezas, y luego los coloca en una caja de madera”. (citado por Casas, 2006, p. 145)

Observamos que el jugador es también prisionero del claroscuro de la vida, representado en el tablero de ajedrez. Las cosas permanecen, pero el individuo fenece. Continúa el ajedrez, sin embargo, el ser humano será consumido por el tiempo. El ajedrez le permite a Borges hablar sobre la dimensión fugaz de la existencia humana. (Fernández, 2003, p. 133)

La pieza de ajedrez cree moverse libremente por el tablero, ignorando que hay una mano poderosa –la del jugador- que controla su albedrío y su jornada. Este dominio es completo, intransigente, y tiene la consistencia del diamante. De la misma manera, el ser humano cree disponer de su destino, se encuentra sumido en el espejismo de la libertad, y al igual que la pieza, ignora que es apenas un instrumento de otra voluntad superior, inexcrutable, también adamantina, que lo está determinando y empleando como herramienta para el logro de quién sabe qué fin extraño e inaprehensible. (Casas, 2006, p.146)

La cuarta estrofa del segundo soneto es la trascendental, que brinda la conclusión del poema y encierra a su vez un misterio inexplicable en el ser humano. La voz poética muestra a través de una interrogante, la duda del hombre sobre la causa final. En el primer verso manifiesta: “Dios mueve al jugador, y éste, la pieza” Aquí la voz afirma a Dios como predestinador. Pero abre la cuestión “¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza de polvo y tiempo y sueño y agonías?” De este modo, considera una incertidumbre sobre un origen último, alguien que haya creado a Dios.

Finalmente, este poema encierra una metáfora en donde el tablero de ajedrez representa la vida del ser humano pero a diferencia del juego, aquella si es temporal. Asimismo, el poema encierra  la metafísica porque nos hace ver como el hombre no puede con la razón dar una respuesta cerrada  (sí o no) a la existencia de Dios e incluso de alguien superior a aquel. Esta es la incertidumbre inmanente en el individuo. Además de ello, toca el tema del destino como si ya estuviéramos condicionados a una fin determinado que el hombre ignora. En este poema, escrito en tercera persona,  se hacen presentes asimismo dos rasgos fundamentales en la obra de Borges, la alusión literaria y ambigüedad textual.

REFERENCIAS

Baehr, R. (1973) Manual de Versificación española. Editorial Gredos.
Borges, J. L., & Meizoso-González, M. A. (1997). Ajedrez. MA Meizoso-González.
Borges, J. L. (2013). El hacedor. Vintage Español.
Buxó, J. P. (1984). LAS ARTICULACIONES SEMÁNTICAS DEL TEXTO LITERARIO: SONETOS DEL «AJEDREZ» DE JORGE LUIS BORGES. Inti, (20), 1-16.
Casas, L. R. M. (2006). Borges, el ajedrez y la metafísica. Hipertexto, 4, 144-147.
Castro, L. A. (2004). La imposible autobiografía de Jorge Luis Borges. Variaciones Borges, 229-252.
Fernández-Cozman, C. (2003). Lectura del poema" ajedrez", de Jorge Luis Borges.


los jugadores manipulan las piezas que tienen movimientos específicos, un espacio en el caso de los peones
una jerarquía establecida en el juego
Aun cuando se acabe el juego manipulado este va a seguir.
A cuál batalla se esta refiriendo.  Pero debe ser una de gran magnitud porque va a influenciar para que se de en la tierra.
Nuevamente se utilizan adjetivos para describir a las piezas que no discrepan con las primeras  aportaciones sino que agregan para tener una noción más clara de la ficha.  Tenue re puede verse como las autoridades aparentes, de poca importancia pero que el nombre les aporta valor. Sesgo alfil sigue marcando el paso que es torcido, oblicuo. Encarnizada reina, como irritada, dispuesta a todo. Peon ladino se refiere, a peon astuto. Se refiere a los soldados?.
Si bien hace referencia al tablero puede ser que sea una metáfora con los problemas y las oportunidades de la vida.
Cada persona busca problemas y oportunidades distintas. Cosas en la vida que tiene que afrontar para crecer u obtener algo, reconocimiento, éxito.
Quizá pueda ser una imagen para darnos a ver como nosotros somos manipulados por un ser superior.
Otra tesis que presenta la voz poética.
a qué se refiere, quién es
NEGRAS NOCHES existe un epíteto y blancos días. Todo ello ya esta fuera del juego, en el plano de la realidad.
quién es la causa final, quien es ante de Dios, que nos creó y predestina nuestra vidas según la voz.
esta trama, el asunto de la vida es de años, con anhelos y momentos de tristeza.

Comentarios

  1. " ...que dios detras de Dios la trama empieza ...". Piense en la crucial diferencia. Borges se asumia como agnostico". Saludos y muy buen analisis.

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