LA LIBERTAD COMO EXPRESIÓN DE LA BÚSQUEDA DEL SENTIDO DE LA VIDA EN EL PARAÍSO EN LA OTRA ESQUINA



ANÁLISIS LITERARIO

LA LIBERTAD COMO EXPRESIÓN  DE LA BÚSQUEDA DEL SENTIDO DE LA VIDA EN EL PARAÍSO EN LA OTRA ESQUINA

Por: Dayanira Sofía López Córdova


El Paraíso en la otra esquina cuyo autor es Mario Vargas LLosa fue publicado en 2003 y consta de veintidós capítulos. Está dedicado  “a Carmen Balcells, la amiga de toda la vida” En el epígrafe dice lo siguiente: ¿Qué sería, pues, de nosotros, sin la ayuda de lo que no existe? Paul Valéry, Breve epístola sobre el mito (citado por Vargas, 2003). Para analizar este libro, primero abordaremos algunos datos del autor y el contexto en el que la escribió.

Jorge Mario Pedro Vargas Llosa nació el 28 de marzo de 1936 en la ciudad de Arequipa (Perú), en el seno de una familia de clase media. Sus padres estaban divorciados cuando él nació. A los 10 años conoce a su padre y a raíz de este encuentro su formación académica cambia pues ingresa al Colegio Militar Leoncio Prado de Lima. En 1953 estudia Letras y Derecho en San Marcos. En 1959 consigue una beca de estudios para hacer el doctorado en Filosofía y Letras en la Universidad Complutense de Madrid. Un año después se instala en París. Allí su vida transcurre entre la escasez y la angustia por sobrevivir por lo que trabaja como profesor de español o locutor en la ORFT, esto último le permite relacionarse con literatos. Es en  1959 que su publicación Los jefes obtiene el premio Leopoldo Arias. Desde ese momento, el panorama de su vida cambia. Su vida y la de su familia transcurre especialmente en Europa residiendo alternadamente en París, Londres y Barcelona.

A partir de esta síntesis bibliográfica, se vislumbra que LLosa alberga un sentimiento cosmopolita, es un ciudadano del mundo. El DLE(2014) define cosmopolita de la siguiente manera: ‘Dicho de una persona: Que se ha movido o se mueve por muchos países y se muestra abierta a sus culturas y costumbres’ Aquello será notorio en esta obra. El paraíso en la otra esquina alberga tres escenarios principalmente: Francia, las isla de Tahití (islas de la Melanesia) y Arequipa. Según Vega (2007): El cosmopolitismo literario de Vargas Llosa se construye a partir de las ideas de base de su concepción de la literatura y de los principios recurrentes en su trabajo crítico: la búsqueda de totalidad, la constante interacción entre el “Yo” y el “Otro”, la confrontación entre arcaísmo y modernidad, y la apropiación cultural de lo que el Otro es capaz de producir.  Por otro lado, para escribir esta obra LLosa había leído Peregrinaciones de una paria, en los años 50 cuando aún era estudiante. Desde esa lectura, le impactó el personaje de Flora Tristán y quiso escribir sobre ella, cuando finalmente lo hizo, se le proyecta la figura del nieto de esta mujer, un pintor impresionista. Así decide escribir de los dos. (Oelker, 2004)

El paraíso en la otra esquina abarca la vida de Flora Tristán, que nace en 1803, y la de su nieto Paul Gauguin, quien muere en 1903. Trata de Flora Tristán, de origen francés y peruano, una mujer que se caracterizó por luchar contra las injusticias sociales, una portavoz de la defensa a los derechos de la mujer y los obreros. Su vida fue inusual para la época (siglo XIX) ya que deja abandonado en Francia a su marido, André Chazal,  y viaja a Perú en busca de sus antepasados, quienes al descubrir la verdad, la rechazan.  Por este motivo regresa a Francia siendo una “paria”. De su matrimonio, nacen tres hijos, por los lucha para poder recuperar su maternidad, sin embargo, al dejar a su marido, también abandonó a las niños. De los tres, solo sobrevivió, la pequeña Aline.  Ella será la madre de Paul Gauguin, famoso pintor post-impresionista, cuya obra destaca por la reproducción de paisajes y mujeres de Tahití.

Paul Gauguin tiene también un fuerte vínculo con Perú; a muy corta edad, su familia emigró de Francia a Perú, donde vivía con sus antepasados. Años después, al regresar a Francia, Gauguin se convierte en marino, luego en agente de bolsa y finalmente en artista, su verdadera pasión. Desde ese momento, viaja por gran parte del mundo, desde las Antillas, distintos países de Europa, en donde vive con su amigo el pintor Vincent Van Gogh, para terminar instalándose en la Polinesia, donde desarrolla la mayor parte de su producción artística, tiene varias amantes, se enferma y muere.

LA CONCEPCIÓN DE LA LIBERTAD EN LOS PERSONAJES: FLORA (MADAME LA COLERE) Y PAUL GAUGUIN (KOKE)

El Paraíso en la otra esquina presenta una estructura narrativa binaria. Así Oviedo afirma:  Las novelas del autor son montajes de múltiples historias, cuyo patrón mínimo es binario: son historias que primero corren paralelas, pero luego convergen y se intersectan (sic). Ese patrón binario es la base estructural indispensable o ideal para que su imaginación despliegue un juego contrapuntístico mediante desplazamientos y transiciones de espacios, tiempos, tonos y estilos narrativos.  (citado por Tejera, 2008) De este modo el lector tendrá que analizar y relacionar eventos de la vida de los protagonistas: Flora Tristán y Paul Gauguin.


El narrador [es] omnisciente, por lo tanto, se ha propuesto contar dos historias: la de la abuela y la de su nieto. Los capítulos impares se dedican a la primera y los pares al segundo. Y es binaria también porque ambas diégesis terminarán encontrándose en cuanto a temas y aspiraciones de los personajes compete. (Tejera, 2008) Aquello podemos justificarlo en el siguiente fragmento de la obra:

Abril de 1844

Abrió los ojos a las cuatro de la madrugada y pensó: «Hoy comienzas a cambiar el mundo, Florita». No la abrumaba la perspectiva de poner en marcha la maquinaria que al cabo de algunos años transformaría a la humanidad, desapareciendo la injusticia. Se sentía tranquila, con fuerzas para enfrentar los obstáculos que le saldrían al paso. (Vargas, 2003, p.11)

Mataiea, abril de 1892

El apodo de Koke se lo debía a Teha'amana, su primera mujer de la isla, porque la anterior, Titi Pechitos, esa cotorra neozelandesa—maorí con la que en sus primeros meses en Tahití vivió en Papeete, luego en Paea, y finalmente en Mataiea, no había sido, propiamente hablando, su mujer, sólo una amante. En esa época todo el mundo lo llamaba Paul. (Vargas, 2003, p.23)

Sin embargo, hay momentos en el que autor aplica el monólogo citado o soliloquio. Beltrán Almería afirma: la existencia de una forma dialogada(...) un yo que dialoga consigo mismo y, a veces, incluso con un interlocutor. (Garrido, 1996,  p. 268)

Copular, no hacer el amor sino copular, como los cerdos o los caballos: eso hacían los hombres con las mujeres. Abalanzarse sobre ellas, abrirles las piernas, meterles sus chorreantes vergas, embarazarlas y dejarlas para siempre con la matriz averiada, como André Chazal a ti. Porque esos dolores allí abajo tú los tenías desde tu malhadado matrimonio. «Hacer el amor», esa ceremonia delicada, dulce, en la que intervenían el corazón y los sentimientos, la sensibilidad y los instintos, en la que los dos amantes gozaban por igual, era una invención de poetas y novelistas, una fantasía que no legitimaba la pedestre realidad. (Vargas, 2003, p.52)
¿Cómo hubiera reaccionado tu vahine con la historia de Jotefa, Koke? Nunca lo sabrías, porque nunca te atreviste a contársela. ¿Por qué? ¿Todavía alentaban en ti los prejuicios de la moral civilizada europea? ¿O simplemente porque estabas más enamorado de Teha'amana de lo que hubieras admitido y temías que si se enteraba de lo ocurrido en aquella excursión se enojara y ¿Cómo hubiera reaccionado tu vahine con la historia de Jotefa, Koke? Nunca lo sabrías, porque nunca te atreviste a contársela. (Vargas, 2003, p.66)

En el aspecto de los espacios, Flora transita por espacios cerrados y  abiertos. La mayoría son espacios evocados por el narrador-personaje. Vega (2007) nos dice al respecto: la capital que Flora Tristán visita [en Perú] es la de las guías de viaje, de los vals y de las postales, esos lugares que son aún hoy turísticos y muy frecuentados: va al teatro [espacio cerrado], al paseo de Amancaes y al Paseo de Aguas [espacios abiertos], va a los baños de Chorrillos y visita las prisiones de la Inquisición [espacio cerrado], asiste a las corridas y a las peleas de gallos. Cuando el protagonista se desplaza en el París turístico, la narración cobra un sentido preciso por la elección de los lugares. (Vega, 2007)

La obra cuenta la historia de estos dos personajes emparentados, abuela y nieto. Ambos presentan un rasgo psicológico común, su concepción de libertad como valor supremo para vivir bien. El DLE (2014) define libertad como ‘facultad natural que tiene el hombre de obrar de una manera o de otra, y de no obrar, por lo que es responsable de sus actos’  Desde esta perspectiva tomamos el concepto de libertad. En esta obra los personajes ejerciendo esta facultad, realizarán una serie de acciones en busca de su utopía. Por un lado, Flora Tristán concibe la felicidad en una sociedad igualitaria y por eso su lucha es por la clase obrera y el reconocimiento de los derechos de la mujer. Mientras que su nieto, Paul Gauguin anhela el paraíso en la belleza y el placer; es así que prefiere la vida salvaje antes de la civilización. Aquello lo busca en las islas de Tahití.

El texto presenta anacronías, es decir que la narración no es lineal. Además las consignaciones que realiza son precisa, presentan fechas, años, etc. Garrido (1996) afirma “toda subversión del orden recibe el nombre de anacronía (...) Dos son las formas básicas, analepsis o retrospecciones  y prolepsis o anticipaciones” (p. 168-169). En el POE tenemos analepsis internas pues comienzan y terminan después del comienzo y antes del final del relato base.  Por ejemplo:

Como aquella tarde en Saint-Germain, diez años atrás, en la primera reunión de los sansimonianos, cuando, escuchando a Prosper Enfantin describir a la pareja-mesías que redimiría al mundo, se prometió a sí misma, con fuerza: «La mujer-mesías serás tú». (p.11)

¿Recordabas esa casa, amplia, cómoda, de cuidados jardines y atareadas mucamas, o las descripciones que de ella te hacía tu madre, cuando ya no eran ricas sino pobres y la desvalida señora se consolaba con esos recuerdos lisonjeros de las goteras, la promiscuidad, el hacinamiento y la fealdad de los dos cuartitos de la rue du Fouarre? Tuvieron que refugiarse allí luego de que las autoridades les arrebataron la casa de Vaugirard alegando que el matrimonio de tus padres, hecho en Bilbao por un curita francés expatriado, no tenía validez, y que don Mariano Tristán, español del Perú, era ciudadano de un país con el que Francia estaba en guerra. (p. 13)

En estos episodios Flora recuerda momentos de su infancia, cuando su madre y ella fueron a vivir a un cuarto de la rue de Fouarre en Francia después de la muerte de su padre.  Por otro lado, entre las prospecciones o prolepsis tenemos los siguientes fragmentos:

Esa noche conociste a una mujer delgada y de ojos penetrantes —una belleza de rasgos góticos— que te besó la mano y te dijo, con tierno acento: «Yo la admiro y la envidio, madame Tristán. Me llamo Olympia Maleszewska. ¿Podríamos ser amigas?». Lo serían, y de qué íntima manera, algo después. (Vargas, 2003, p.364)

Este es un indicio para lo que se expresa en capítulos después de su relación amorosa con esta joven y el desenlace que es la ruptura del amorío por decisión de Flora que no quería retrasar su lucha por sus ideales, entre los que resalta, el partido de la Unión Obrera en la sociedad.

El sexo comenzó a ser importante para él a medida que iba siéndolo la pintura, aquello que pareció al principio un pasatiempo, emprendido a instancias de su compañero y colega en la agencia de Paul Bertin, Émile Schuffenecker, quien un buen día le mostró un cuaderno con sus bocetos a carboncillo y sus acuarelas y le confesó que su sueño secreto era ser artista.

Este aspecto es importante, porque es un indicio al cambio que daría Paul Gauguin en su vida hasta el extremo de construir La casa del Placer en las islas Marquesas. A continuación vamos a analizar los personajes. Friedman establece tipos de intriga en el personaje, del cual en esta obra se aplican la intriga de maduración, vemos a los personajes evolucionar y una intriga de pruebas, pues ambos protagonistas pasan por distintas peripecias hasta llegar a un resultado en concreto. (Garrido, 1996, p.59-60) En el caso de Flora Tristán, vemos que a raíz de la publicación de su obra empieza a ser reconocida como ejemplo de valentía y libertad.

La aparición de Peregrinaciones de una paria le dio prestigio literario y algún dinero —se agotaron dos ediciones en poco tiempo—, pero también problemas. El escándalo que provocó el libro en París —ninguna mujer había desnudado su vida privada con tanta franqueza, ni reivindicado su condición de «paria», ni proclamado su rebeldía contra la sociedad, las convenciones y el matrimonio como tú lo hiciste— no fue nada comparado con el que suscitó en el Perú, cuando llegaron los primeros ejemplares a Lima y Arequipa. (Vargas, 2003, p.361)

En el caso de Koke, se dirá después que vivió buscando su ideal y que en la medida que vivió cumplió con su objetivo, a pesar de la concepción negativa que impliquen sus hechos. Así lo expresa el siguiente fragmento:

No vio ni oyó ni supo que su único epitafio fue una carta del obispo de Hiva Oa a sus superiores, que, con el correr de los años, Koke ya famoso, alabado y estudiado y sus cuadros disputados por coleccionistas y museos en el mundo entero, todos sus biógrafos citarían como símbolo de lo injusta que es a veces la suerte con los artistas que sueñan con encontrar el Paraíso en este terrenal valle de lágrimas: «Lo único digno de anotarse últimamente en esta isla ha sido la muerte súbita de un individuo llamado Paul Gauguin, un artista reputado pero enemigo de Dios y de todo lo que es decente en esta tierra». (Vargas, 2003, p.485)

Ahora bien. si seguimos analizando, podemos decir según la clasificación de Pb. Hamon que los personajes son referenciales en el POE pues remiten a una realidad extratextual, es decir son históricos. Garrido (1996) señala: “En cualquier caso, estos personajes poseen un sentido fijo, preestablecido por el gran código de la cultura (y en última instancia por los códigos de la ideología)” Es así que podemos afirmar que tanto Flora y Koke representan la libertad. En esta obra conjugan en primacía la concepción del paraíso que difiere entre los personajes. Según el DLE(2014) el paraíso presenta las siguientes acepciones: ‘En el Antiguo Testamento, jardín de delicias donde Dios colocó a Adán y Eva’ (primera acepción); ‘Cielo, lugar en que los bienaventurados gozan de la presencia de Dios’ (segunda acepción) y ‘sitio o lugar muy ameno’(cuarta acepción). Entonces, el paraíso se relaciona con la divinidad, la paz, el gozo. No obstante, el paraíso concebido en ambos personajes difiere y ellos han optado por decidir esa particularidad. Como conclusión de todo lo anteriormente mencionado, esta obra permite dar cuenta de lo preponderante de tener un ideal para encontrarle un sentido a la vida. Aquello lo vemos claramente en la identidad, los rasgos y el comportamiento de Flora y de Koke. Sírvase de ejemplo:

No había tiempo que perder, Florita, la redención de la humanidad no admitía demoras. (Vargas, 2003, p.185)

¿No había en él nada rescatable, con todo lo que habías madurado? Algo, sí. Por ejemplo, tu profesión de fe —«Una creencia, una religión, la más bella y la más santa: el amor a la humanidad»— y tus ataques al nacionalismo: «Nuestra patria debe ser el universo». (Vargas, 2003, p.353)

Ella, para dedicarse en cuerpo y alma a cambiar la sociedad, había renunciado a la vida sentimental. (Vargas, 2003, p.367)

No, no había que huir de este mundo imperfecto a fundar un retiro celestial para un grupito de escogidos, allá, donde nadie más llegara. Había que luchar contra las imperfecciones de este mundo en este mismo mundo, mejorado, cambiado hasta hacer de él una patria feliz para todos los mortales.(Vargas, 2003, p.411)

Flora es valiente, rebelde, solidaria, justa, cosmopolita. Esto lo veremos en todo el texto y claramente se presenta una evolución de su aspecto psicológico. Pasa de ser sumisa, ingenua a ser astuta y hábil. Se relaciona con los demás personajes de esa manera. Para lograr su redención de André Chazal engaña a sus parientes. Garrido (1996) afirma: “la construcción del personaje se presenta, pues, como resultado de la interacción entre los signos que integran la identidad del personaje, los que reflejan su conducta y, finalmente  los que expresan sus vínculos con los demás personajes” (p.88)

En el caso de Paul Gauguin, es un hombre liberal, apasionado, hedonista, lujurioso. Sin connotar esto como negativo, podemos afirmar que su ideal era la concreción de ese mundo de placer de la que la religión priva. Por eso, su relación con los personajes femeninos en preponderancia, era sobretodo sexual. Admiraba la fuerza vital y el descaro de ellas. Resalta y admira a los individuos de ese pueblo (isla en Tahití) porque no tienen prejuicios como los burgueses de París.  Cito estos fragmentos como muestra:

Los refinados artistas parisinos, sus relamidos críticos, sus educados coleccionistas, se sentirían agraviados en su sensibilidad, su moral, sus gustos, con este desnudo frontal de una muchacha, que, además de no ser francesa, europea ni blanca, tenía la insolencia de lucir sus tetas, su ombligo, su monte de Venus y el mechón de vellos de su pubis, como desafiando a los seres humanos a venir a cotejarse con ella, a ver si alguien podía enfrentarle una fuerza vital, una exuberancia y sensualidad comparables. Annah no se proponía ser lo que era, ni siquiera se daba cuenta del poder incandescente que le venía de su origen, de su sangre, de los indomesticados bosques donde había nacido. Igual que una pantera  y un caníbal. ¡Qué superioridad sobre las escleróticas parisinas, muchacha! (Vargas, 2003, p.115)

No quería que sus restos se pudrieran en Europa, sino en Polinesia, su tierra de adopción. Por lo menos en eso coincidías con las locuras internacionalistas de la abuela Flora, Koke. Dónde se nacía era un accidente; la verdadera patria uno la elegía, con su cuerpo y su alma. Tú habías elegido Tahití. Morirías como salvaje, en esa bella tierra de salvajes. (Vargas, 2003, p.151)

En este último fragmento, nos damos cuenta del pensamiento de Koke y Flora que convergen en la concepción de patria, que es una metáfora para referirse a la utopía, a la sociedad que uno desea. Frente a ello, podemos añadir como afirma Tejera (2008) que el título de la obra, que nos presenta el tema sin preámbulo, no es irónico, sino una reflexión sobre la búsqueda del ideal del hombre, que a medida que busca, halla. Porque él mismo va formando su propio paraíso. Esto como decisión, con la libertad de elegir lo que para uno es bueno. De este modo, Mario Vargas  LLosa nos brinda la concepción de que el paraíso no es un lugar colectivo, sino que es un sitio individual que cada ser humano puede y debe hacer suyo agenciándose de su espíritu creador.


REFERENCIAS

Biblioteca de la Rioja(s.f) . Mario Vargas Llosa. Recuperado de http://www.blr.larioja.org/sites/default/files/07_Guias_lectura/Vargasllosa.pdf

Garrido, A. (1996) El texto narrativo. Editorial Síntesis.

Oelker, D. (2004). Cuando el mundo posee el sueño de una cosa:(Para una lectura de El paraíso en la otra esquina de Mario Vargas Llosa). Atenea (Concepción), (490), 59-85.

Vargas, M. (2003) El paraíso en la otra esquina. Editorial Alfaguara.

Vega, N. V. (2007). El cosmopolitismo y su irradiación en El paraíso en la otra esquina y
Travesuras de la niña mala de Vargas Llosa. Espéculo, 37.

Tejera, L. Q. (2008). El paraíso en la otra esquina. Mario Vargas Llosa: Concepción del Paraíso y el recurso axiológico de la temeridad. Espéculo: Revista de Estudios Literarios, (39), 79.


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